domingo, 12 de julio de 2020

NOS HEMOS ACERCADO A LA JERUSALÉN CELESTIAL

Apocalipsis 22
Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad.

Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones.

Y ya no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán. Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.

Hebreos 10, 22:
Por eso, acerquémonos a Dios con corazón sincero y con una fe completamente segura,

Hebreos 12, 22:
sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles


Tenemos acceso a la Jerusalén celestial, podemos acercarnos a Dios y con una fe completamente segura tomar del agua de vida, de las aguas del Espíritu que saltan en nuestro interior, podemos tomar de los 12 frutos del árbol de la vida, que es la provisión de Dios durante todo el año, y podemos tomar de las hojas de los árboles que son sanidad para todos.

Ya no hay más maldición para los que estamos unidos a Jesús.
Podemos contemplar la presencia de Dios, recibir su luz, su revelación y participar de su Reino.

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