Éxodo 17, 5-6:
—Adelántate al pueblo —le aconsejó el Señor— y llévate contigo a algunos ancianos de Israel, pero lleva también la vara con que golpeaste el Nilo. Ponte en marcha, que yo estaré esperándote junto a la roca que está en Horeb. Aséstale un golpe a la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo.
Dios te dice "ponte en marcha", camina en fe aunque solo veas rocas áridas de las que no se espera nada.
Toma mi autoridad te dice el Señor, esa es la vara que te doy para que abras el mar frente a ti y muevas las montañas del camino. No te quedes paralizado ante la adversidad, camina, no mires la roca dura, mírame a mi que te estoy esperando junto a la roca y golpeala, ella tiene que someterse a mi autoridad. Golpeala creyendo que de ella saldrá la bendición que necesitas, que esperas para ti y los tuyos. Aunque estoy al lado de la roca, yo no la abriré hasta que tú no actúes en fe. Todo depende de lo que tú puedas creer. Tu fe es la que mueve mi mano en favor de ti.
No abandones el trayecto aunque solo veas rocas y aridez, no sueltes lo que estás creyendo, no sueltes su Palabra, no sueltes sus promesas pues ellas son vida y medicina para nosotros.
Debes también ir con otros ancianos, llama a tus hermanos maduros en la fe y pídeles que se unan contigo en oración y fe por lo que estás pidiendo y creyendo. Esta oración de acuerdo te abrirá bendiciones que estaban selladas antes para ti.
Son tiempos de fe y el justo por la fe vivirá!
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