Santiago 4:7 Someteos, pues, a Dios; al diablo resistidle, y huirá de vosotros.
Según el diccionario de la RAE, "resistir" significa:
•Repugnar, contrariar, rechazar, contradecir. Oponerse con fuerza a algo.
La palabra "resistir" viene del latín resistire.
Sus componentes léxicos son: el prefijo re- (hacia atrás, de nuevo) y sistere (tomar posiciones, detenerse y clavarse en un lugar)
Resistir al diablo no es una actitud pasiva, no es una espera sin acción, sino que por lo contrario es una acción que implica rechazar, contradecir, oponerse con fuerza. Es un acto de fe espiritual que implica tomar una posición de victoria para impedir que el adversario avance.
Cuando el enemigo te traiga una tentación, un mal pensamiento recházalo, usa la Palabra de Dios y contradícelo, oponte con fuerza e impídele que avance en tu vida. Cuando te traiga problemas matrimoniales, estudia las promesas de Dios y empieza a orar con ellas a favor de tu matrimonio y familia y en contra de la enemistad, la contienda y el enojo; cuando el ataque sea económico haz lo mismo, toma las promesas de Dios y practica el dar sin detenerte.
La palabra “someterse” procede del latín «submittĕre»; prefijo latino «sub» bajo o debajo de y «mittĕre» que quiere decir poner.
Por lo que someterse a Dios significa ponernos debajo de Dios, someternos a su autoridad y actuar bajo su autoridad. Debemos someter nuestros pensamientos, palabras y acciones a su Palabra y desde la Palabra de Dios que es su voluntad resistir al diablo el cual actúa en contra de la Palabra de Dios.
Debemos alinear nuestros pensamientos con la Palabra de Dios, debemos hablar y proclamar siempre con nuestros labios la Palabra de Dios, debemos actuar y movernos en fe conforme a la Palabra del Señor.
Cuando Jesús le dijo a Pedro que fuera hacia El sobre el agua, Pedro tenía que alinear su pensamiento, sus palabras y su actuar a esa Palabra de Jesús. Cuando desalineo uno de ellos, comenzó a hundirse, cuando sus pensamientos ya no estaban alineados con la Palabra dada, sintió miedo, dio entrada a la duda y empezó a hundirse.
Cuando Naamán el Sirio fue donde Eliseo para ser sanado de la lepra, tuvo que alinear, someter sus pensamientos, palabras y acciones a la Palabra de Dios dada a través de Elíseo, y por poco pierde su bendición por resistirse a someterse a la palabra de Dios dada a través del profeta.
Cuando Dios te hable a través de su Palabra, somete tus pensamientos, palabras y acciones a ella y resiste al diablo, no dejes que el té robe tu bendición, contraría sus palabras y el enemigo finalmente huirá de tu vida y recibirás la bendición de Dios.
Sometámonos al Señor y su Palabra y no aceptemos en nuestra vida nada menos a sus promesas. Esa es su voluntad para nuestras vidas.
Resistamos a todo aquello que traiga pérdida, destrucción y muerte a nosotros pues Jesús vino a darnos vida y vida en abundancia.